VIVE este 2024 con… «¡hábitos para disfrutar la vida!»
POR LUCERO TORRES Y VÍCTOR CASTILLO
Como seguramente ya sabes, el lema de nuestra clínica de nutrición y psicología motivacional es «Hábitos para disfrutar la vida». Suena muy bien, ¿no te parece? Pero si vamos al origen, bien podemos aprovechar este inicio de año para comenzar por definir qué es un hábito. Algo que todos solemos dar por sentado, pero cuyas alcances no siempre nos detenemos a considerar y es por ello que en esta ocasión nos gustaría comentar contigo la importante relación que existe entre nuestros hábitos, nuestra salud y nuestra calidad de vida.
¿Qué es un habito?
Un hábito es un comportamiento o un conjunto de acciones aprendidas que se hacen de manera regular y que una vez integradas a nuestra forma de vida, requieren poco razonamiento de nuestra parte para su realización. Darse una ducha antes de dormir o prepararse una taza de café al iniciar el día, son ejemplos de hábitos cotidianos.
¿Cómo se forma un hábito?
Por lo general, un hábito se forma por influencia del medio familiar y social (escuela, trabajo, etc.) y es de tomar en cuenta que, más que meras acciones hechas de manera repetida, en la formación de un hábito también pueden ir de por medio nuestras creencias, nuestros valores, nuestros sentimientos o las expectativas y las exigencias del medio social en que nos desenvolvemos. El hábito de devolver un favor o de no gastar más de lo que tenemos, son ejemplos de hábitos mucho más complejos.
¿Cómo influyen los hábitos en la calidad de vida?
Los hábitos pueden generar beneficios o perjudicar gravemente nuestra calidad de vida. Todo depende de las implicaciones que tienen los hábitos que hemos aprendido y que, una vez aprendidos, solemos realizar de manera «automática». Pensemos, por ejemplo, en los hábitos que hemos desarrollado para comer, dormir, ejercitarnos, trabajar o divertirnos, pues cada uno de nuestros hábitos tiene importantes consecuencias en cada área de nuestra vida. ¡ Así que no podemos atribuirlo todo a «factores externos»!, pues todo lo que nosotros hacemos cotidianamente (desde que nos levantamos, hasta que nos vamos a a dormir), tiene que ver con hábitos que hemos aprendido y que, día con día, influyen en lo que somos, en cómo vivimos y en el grado de bienestar que tenemos… o que no tenemos.
¿En qué consiste un estilo de vida saludable?
De acuerdo a Luz Helena Maya, en su artículo «Los estilos de vida saludables…» (http://www.funlibre.org/documentos/lemaya1.htm) un estilo de vida saludable consiste en:
- Tener un plan de vida (objetivos)
- Mantener el deseo de aprender, tener autoestima y sentirse satisfecho
- Contar con la capacidad de auto cuidarse
- Ocupar y disfrutar el tiempo libre
- Mantener comunicación y participación con amigos, familia y grupos
- Contar con seguridad social y económica
- Alimentarse sanamente
- Mantenerse activo física y mentalmente
- Tener control sobre los factores de riesgo de distintas enfermedades prevenibles como la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión o el alcoholismo.
9 importantes elementos que están determinados, ¡ni más ni menos que por nuestros hábitos!
¿Los hábitos pueden cambiarse?
En tanto nuestros hábitos nos llevan a actuar de manera «automática», desde la Antigüedad la formación y el desarrollo de hábitos se ha comparado con el desarrollo de una «segunda naturaleza», tal como lo llegó a plantear Aristóteles en su Ética a Nicómaco:
”Los hábitos, una vez adquiridos nos llevan a hacer sin esfuerzo, lo que sin ellos nos costaría realizar; y sean buenos o malos, ellos nos tienen a nosotros y no a la inversa. Los hábitos se adquieren, y llegan a tener, una fuerza igual o mayor que las cosas que hacemos por naturaleza”
¡Sí!, ¡así de fuertes pueden llegar a nuestros hábitos! Sin embargo, si partimos de que los hábitos son conductas aprendidas, entonces nada impide que podamos seguir aprendiendo, reaprendiendo y transformando nuestros hábitos y de ahí que también Aristóteles planteara el desarrollo de la virtud (entendida en su relación con la felicidad) como consecuencia de la formación de hábitos que pueden conducirnos a una vida más plena.
¡La clave está en la repetición!
Pues toda la fuerza de un hábito radica precisamente en ello, en la repetición. Entonces, si hemos llegado al punto de reconocer que un determinado hábito está afectando nuestro bienestar (social, de salud o emocional), una pequeña modificación hecha de manera repetida puede dar lugar a la formación de un hábito nuevo y más saludable. Salir a hacer una pequeña caminata todos los días o reducir diariamente el consumo de sal y grasas, son ejemplos de pequeños cambios que puedes hacer y que, a largo plazo, tendrán un importante impacto en tu salud y en tu calidad de vida.
En conclusión…
Primeramente, toma en cuenta que nuestras decisiones, acciones y actitudes modelan tu futuro y determinan tu calidad de vida. Como hemos dicho ya, no todo nos viene de «fuera», ni está más allá de nuestro control. La mayor parte de lo que ocurre en nuestras vidas es consecuencia de los hábitos que hemos aprendido.
En segundo lugar, ten presente que para desarrollar un estilo de vida saludable se requiere de compromiso. Recuerda…, ¡la clave está en la repetición!, pues mantener o modificar un hábito depende de lo que hacemos – o dejamos de hacer– día con día.
En tercer lugar, no olvides que los cambios drásticos no funcionan y, en su lugar, son los pequeños cambios los que conducen a cambio mayor. ¡Claro!, en ocasiones nos desesperamos, porque nos puede dar la impresión de que un cambio pequeño conduce a resultados igualmente pequeños, ¡pero no dejes de tomar en cuenta que estos resultados son acumulativos y darán como resultado una transformación en tu estilo y calidad de vida!
Finalmente, ten presente que modificar algunos de tus hábitos te ayudará, no sólo a tener un mejor estilo de vida y un mayor bienestar, sino a crecer como persona, pues redescubrirás todo lo nuevo que te es posible hacer cuando desarrollas «¡hábitos para disfrutar la vida!».
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