Por Lucero Torres y Víctor Castillo
En este proceso de desarrollar y mantener “hábitos para disfrutar la vida”, queremos compartirte algunos hábitos –muy prácticos y muy sencillos– que te ayudarán a mantenerte saludable y a cuidar tu economía. Considerando, además, el gran impacto que tiene para el medio ambiente la producción de alimentos, los hábitos que te compartimos a continuación, también llevan la intención de contribuir a la reducción de cuestiones como la contaminación o la deforestación, pues «disfrutar la vida», no sólo es una cuestión individual, sino que implica adoptar prácticas más saludables para nuestro entorno.
Recuerda llevar al súper una lista de los alimentos que conforman un plan saludable de alimentación. Consulta a tu nutriolog@ y recuerda incluir todos los grupos de alimentos. De esta forma, no consumirás aquello que no necesitas (ni generarás más desperdicios), cuidarás tu economía y tendrás tu alacena bien surtida con alimentos variados y de calidad.
Nota:al reverso de tu lista de compras (o en una hojita aparte), te recomiendo que anotes aquellos alimentos que te resultaron atractivos y, en tu siguiente consulta, pregunta a tu nutriolog@ si son convenientes para ti y en qué cantidades deberás consumirlos.
2. ¡Hazte al hábito de elegir alimentos de temporada!
Si lo que es buscas es cuidar tu salud, cuidar tu economía y contribuir a reducir los daños al medio ambiente, ¡elige siempre alimentos de temporada! En este sentido, considera que los alimentos fuera de temporada son sometidos a largos períodos de conservación, en los que se requiere refrigeración (o congelación), procesos químicos, contenedores y empaques especializados, lo cual incrementa grandemente los costos, genera un grave daño al medio ambiente y –¡por si fuera poco!– provoca que los alimentos pierdan una importante carga de su valor nutrimental. Así que ya lo sabes, prefiere los alimentos de temporada, pues estos mantienen su valor nutrimental completo, son más económicos y su producción no causa tanto daño al medio ambiente.
3. ¡Hazte al hábito de consumir leguminosas!
Al menos cuatro veces a la semana incluye leguminosas en tu plan de alimentación. Frijoles, lentejas, garbanzos, alubias, habas y chícharos, son los alimentos que pertenecen a este grupo y que te estarán aportando una importante cantidad de proteínas, vegetales, vitaminas, minerales y fibra, que son nutrientes fundamentales para mantenerte saludable. Además, las leguminosas pueden combinarse con vegetales, con cereales y con carnes y, de esta forma, reducirás tu consumo de alimentos de origen animal y, por tanto, ¡reducirás tu consumo de grasas saturadas! También contribuirás a la protección del medio ambiente, pues todos sabemos que, hoy por hoy, la creciente demanda de productos cárnicos es un factor determinante en la deforestación y en la escasees del agua.
4. ¡Hazte al hábito de usar especias!
Ajo, pimienta, azafrán, tomillo, clavo, menta, comino, romero, canela, pimentón, nuez moscada…, ¡la lista es interminable! Incluye estas y otras especies que realcen y enriquezcan el sabor de tus platillos. Además de añadir color, sabor y un exquisito aroma, las especias aportarán importantes beneficios a tu salud y te ayudarán a reducir la cantidad de sal que agregas a tus alimentos para sazonar. Sólo recuerda que las especias que utilices deberán ser deshidratadas, orgánicas y sin sal. Entonces…, manos a la obra y, ¡dale a tus platillos ese toque personal!, y si vas a utilizar sal, elige sal marina (no refinada).
5. ¡Hazte al hábito de llevar contigo un contenedor para agua!
Adquiere un contenedor para agua con capacidad mínima de 500 ml. Asegúrate de que en su empaque o etiqueta se especifique que no tiene riesgos por BPA (Bisfenol A, que no es recomendable para la salud), lo cual te hará saber que es un contenedor seguro para agua o para otros líquidos calientes o fríos. Llevar contigo un contenedor de este tipo, te permitirá mantenerte bien hidratado, así como disfrutar alguna infusión o té (consulta a tu nutriolog@ para conocer la porción y variedad adecuada para ti). Además, ¡cuidarás tu economía y al medio ambiente!, pues limitarás tu consumo de bebidas envasadas, lo cual no sólo implica un importante gasto, sino la generación de grandes cantidades de basura.
6. ¡Hazte al hábito de consumir en restaurantes que ofrezcan platillos saludables!
Anímate a probar opciones nuevas, pues actualmente existe un importante auge de restaurantes que se preocupan por ofrecer a sus clientes, no sólo platillos deliciosos, sino saludables. Selecciona los restaurantes de tu localidad, considerando la variedad en especialidades de cocina pero considerando, también, que cuenten con opciones saludables, como varios tipos de ensaladas, sopas de vegetales y/o leguminosas, pescados preparados sin grasa, carnes rojas magras y en porciones adecuadas (80 a 120 grms de peso cocido, pues de esta forma no te excederás), y que ofrezcan complementos saludables, como bastoncitos de vegetales, panes artesanos e integrales o salsas caseras y sin grasa. Además, pregunta si pueden ofrecerte agua natural (no embotellada) como opción de bebida, pues de este modo cuidarás tu consumo de azúcares y sales y contribuirás a reducir el consumo de bebidas envasadas.
7. Finalmente…, ¡libérate de los empaques!
Hazte al hábito de evitar al máximo los alimentos industrializados y empaquetados, que además de ser más costosos y de contener grandes cantidades de sales, azúcares, grasas y aditivos artificiales, ¡nos dejan llenos de bolsas, popotes, latas, botellas y cajas que dañan nuestro medio ambiente!
Darnos a la tarea de cuidar de nuestra salud, de nuestra economía y de nuestro medio ambiente, nos permitirá disfrutar la vida más intensamente. Comienza por incluir –y enseñar a otros a incluir– estos pequeños hábitos en tu vida cotidiana y comenzarás a notar grandes cambios.
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