Equilibrio éxito-fracaso



Más de dos o tres generaciones de personas hemos vivido bajo el imperativo que reza, «¡tienes que triunfar!, ¡tienes que ser exitos@!» y, hasta el día de hoy, seguimos escuchando personas que nos aconsejan no pensar en el fracaso cuando vamos a emprender una tarea o cuando estamos por iniciar alguna actividad nueva. Y es que, sin duda, el hecho de pensar en nuestras metas y el hecho de pensar en que podremos lograrlas, es un importante aliciente para poder alcanzar lo que queremos, pero la gran pregunta dentro de este esquema es, «¿y qué es lo que sucede cuando fracasamos?»

En realidad, la respuesta a esta pregunta es muy sencilla. Pues si sólo dejamos espacio para la idea del éxito –dejando de lado la posibilidad de fallar–, cuando el error o el fracaso finalmente ocurren, tenderemos a «tirar la toalla», tenderemos a abandonar nuestros propósitos buscando, finalmente, el modo olvidar «ese mal trago» en nuestras vidas.

Pero esto sólo es «¡filosofía barata!» Suena algo duro, pero así es, pues aquello de que debemos contabilizar en nuestra vida solamente los éxitos y ocultar bajo la alfombra todos nuestros fracasos, no es más que «filosofía barata», que va completamente en contra de los recursos que, genuinamente, pueden motivarnos para alcanzar nuestras metas. Y, a propósito, cito sólo algunos ejemplos de importantes personajes que, lejos de rehuir al fracaso, se dispusieron a enfrentarlo, a sabiendas de que el error o el fracaso forma parte de lo que conduce al logro de una meta.

El primero de estos personajes –citados por O’Hanlon (2018)–, es Thomas J. Watson, nada menos que el fundador de la IBM, quien decía: “La forma más rápida de tener éxito, es duplicando tu «tasa de fracaso»” (The fastest way to succeed is to double your failure rate). En el mismo sentido, Sir Winston Churchill dijo en una ocasión: “El éxito es la habilidad de ir de un error a otro sin perder el entusiasmo” (“Success is the ability to go from one failure to another with no loss of enthusiasm”). Quizá por ello, Samuel Beckett concluyó: “¿Siempre lo intentas? ¿Siempre fallas? No importa. Intenta de nuevo. Falla de nuevo. Falla mejor” (Ever tried? Ever failed? No matter. Try again. Fail again. Fail better).

Por su parte, la investigación científica vinculada a la motivación, ha demostrado que un «desafío óptimo» es aquel en donde existe un mismo porcentaje en la posibilidad de fracasar, que en la posibilidad de tener éxito (Johnmarshall Reeve, 2009). Y conviene detenerse aquí para pensarlo un momento, porque es totalmente cierto que si un desafío (una meta, un objetivo) es demasiado difícil para nosotros, ni siquiera nos molestaremos en tratar de alcanzarlo, pero lo mismo ocurrirá si nos encontramos con un desafío demasiado fácil de lograr porque, entonces, ni siquiera despertará nuestro interés.

La fórmula es así simple: la posibilidad éxito-fracaso debe estar equilibrada. Por tanto, será una buena idea considerar los siguientes cinco puntos cada vez que nos planteemos una meta:

1. Disponte a evaluar tu confianza frente a tu meta.
2. Pensando en una escala del 1 al 10, pregúntate qué posibilidad de éxito crees tener para alcanzar tu meta.
3. Recuerda que, en esta escala, evaluar tu posibilidad de éxito con números del 5 al 8 señalan que tu desafío es un desafío óptimo.
4. De ser necesario, ajusta tu meta (aumentando o disminuyendo la dificultad).
5. Finalmente, ¡no temas a la posibilidad de fallar!, pues cuando un desafío es óptimo, la posibilidad de fallar existe y te generará emoción, te generará una fuerte expectativa, así como el deseo de persistir –si es que fracasas– hasta lograr aquello que deseas. 


Referencias:
O’Hanlon, B. (2018). A Lazy Man’sGuide to Success. Publicación Independiente Registrada bajo licencia de Creative Commons.
Reeve, J. (2009). Motivación y emoción. McGraw Hill: México.

Nota:
Este Artículo es de difusión y no tiene ánimos de lucro. Fue escrito por Víctor Castillo Morquecho y registrado bajo licencia de Creative Commons, 4.0. Derechos Reservados.

Si deseas una consulta personalizada o conocer más de la Terapia Breve Centrada en Soluciones, escribe a creasoluciones123@gmail.com o visita la página Narrativa, Creación, Soluciones. 

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO