¿Qué es lo que un problema busca solucionar?


¿A quién le gustan los problemas? Desde luego, a nadie le gustan los problemas y, en general, más que buscarlos, lo que tratamos es de evitarlos. Pero tener problemas es parte de la vida. Todos los tenemos, porque la vida, a cada instante, nos va presentando situaciones que necesitamos resolver a nivel personal, familiar o social.

La situación, sin embargo, es que existen problemas que, por algún motivo –o varios más bien– parecen persistir, problemas que vuelven a presentarse frente a nosotros una y otra vez. ¡Más aún!, la verdad es que a nivel personal existen problemas que pareciera que nos afanamos por mantener. Pensemos, por ejemplo, en quien tiene un problema con su manera de comer o con su manera de beber o con la forma en que lidia con emociones como el enojo o la ira. Problemas, en fin, que llegan a ser tan constantes, que incluso podemos suponer que son parte de nuestra «naturaleza», si bien lo que valdría tratar de responder es, ¿por qué persisten o porque mantenemos ciertos problemas?

Una respuesta a esta pregunta nos la dan las terapias estratégicas, a través de autores como Cloe Madanes y Jay Haley, quienes se dieron a la tarea de definir los síntomas o los problemas como una «metáfora», lo cual nos lleva a reconocer que –por decirlo de algún modo– «el problema no es el problema», sino que existe una o varias necesidades que a través de algún problema se están tratando de expresar o «escenificar». Desde esta perspectiva, el problema incluso puede verse como un intento de solución, una solución que no ha logrado completarse frente algo que estamos buscando de manera imperante y, ¡claro!, de ahí la importancia de preguntarnos, «¿qué es lo que el problema está intentando solucionar?».

Pero pongamos un par de ejemplos, pues desde esta perspectiva podemos entender que quien experimenta celos de manera constante, lo último que quiere es vivir en este estado y que, en su lugar, puede ser que lo que esté buscando a través del problema (los celos), sea atraer la atención de su pareja y, en última instancia, tener una mejor relación. Del mismo modo, quien experimenta problemas con su forma de controlar su enojo, puede ser que esté mostrando (a través de su enojo) su frustración por no darse a entender y por no lograr lo que en realidad quisiera, que es tener una buena comunicación con los demás.

Desde luego, estamos viendo estos ejemplos de forma muy simplificada y, además, aquí no caben las generalizaciones, pues cada caso es distinto y necesita analizarse en lo particular, pero lo importante es que si vemos los problemas como metáforas o como intentos de solución, nuestra atención dejará de recaer en el problema. Pues miraremos, entonces, hacia lo que estamos necesitando y –¡lo más importante!– reconoceremos que lo que estamos buscando a través de un problema puede lograrse por otros medios.

Entonces, más que centrar la atención en el problema de «los celos», la atención comenzará a recaer en las formas que puedan ser más efectivas para lograr un mejor acercamiento con la pareja y, del mismo modo, más que pensar en atacar el problema de los «arranques de ira», podrá pensarse en estrategias para mejorar la comunicación con los demás. Lo que yo te recomiendo, por tanto, es que la próxima vez que busques resolver uno de esos «problema persistentes» pruebes seguir estos CINCO PASOS:

1) Define el problema (por ejemplo, «los celos»)
2) Mira el problema como una señal de alarma que te está indicando un objetivo (por ejemplo, «en realidad, lo que me gustaría es tener una mejor relación con mi pareja»)
3) Pregúntate, ¿qué es lo que el problema está tratando de solucionar? (por ejemplo, «mi necesidad de sentirme más cerca de mi pareja»)
4) Date un tiempo para pensar en vías alternativas de acción que no sean el problema, tomando en cuenta que la necesidad o el objetivo que el problema está buscando resolver, por lo general podremos atenderlos por vías alternas que nos resulten más benéficas (por ejemplo, «en lugar de mostrar celos, procuraré que tengamos más oportunidades de salir juntos y platicar).
5) Finalmente, no olvides ser creativ@, haz algo diferente al problema y prueba distintas opciones que te permitan lograr lo que estás buscando.

Referencias:
Haley, J. (1976). Problem-Solving Therapy. San Francisco: Jossey-Bass.
Madanes, C. (1981). Strategic Family Therapy. San Francisco: Jossepy-Bass.


Este artículo es difusión y no tiene fines de lucro. Fue escrito por Víctor Castillo y registrado bajo licencia de Creative Commons. Derechos Reservados.

Si deseas una consulta personalizada o conocer más de las terapias Narrativas y Centradas en Soluciones, envía un mail a creasoluciones123@gmail.com o vista la página narrativacreacionesoluciones.site123.me

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO