Visualiza un futuro MEJOR y… ¡CAMBIA HOY TUS EXPECTATIVAS!

   

Por Víctor Castillo Morquecho 


Quizá de niños tuvimos la oportunidad de ir alguna feria en donde, todavía, podía consultarse a mujeres adivinas que predecían el futuro a través de una bola de cristal. También era común ver dibujos animados en los que aparecía la clásica escena de una mujer con turbante, que hacía extraños giros con sus manos frente una bola de cristal, en donde –como en un espejo–, veía el pasado y el porvenir de sus clientes. Actos de «magia» en los que la expectativa y la sugestión eran, sin lugar a dudas, los actores principales.


Hace más de medio siglo, M. Erickson retomó la imagen de la bola de cristal para desarrollar una técnica terapéutica que, a su vez, sentó bases para  importantes presupuestos de la terapia breve Centrada en Soluciones. ¿Pero tenía M. Erickson una bola de cristal?, ¿o consiste la terapia Centrada en Soluciones en un acto de magia? ¡Desde luego que no!, pero a través de esta imagen y del desarrollo de esta técnica, M. Erickson logró poner en funcionamiento la expectativa de sus pacientes, alcanzando la solución a diversos problemas. 


Y hay detenerse un momento para considerar que, en efecto, la generación de expectativa es el punto clave de la motivación. Pues la expectativa es el resultado que esperamos obtener como consecuencia de nuestra acciones y, a mayor expectativa, mayor motivación y mayor probabilidad de éxito.


¡Claro!, no toda expectativa es positiva y es un hecho que muchos de los problemas que enfrentamos cotidianamente tienen que ver con una expectativa negativa, en relación a lo que esperamos obtener por nuestros esfuerzos. ¡Pero pongamos un par de ejemplos para entender la importancia que tiene la expectativa!


En primer lugar, podemos pensar en una persona que afirma, «yo soy muy hábil resolviendo crucigramas». Entonces, podemos suponer que, cuando a esta persona le den a resolver un crucigrama, lo más seguro es que podrá resolverlo y, al irlo haciendo, experimentará interés y emociones positivas, pues su expectativa será de éxito, de manera que no sólo podrá resolver el crucigrama, sino que, incluso, es probable que logre resolverlo en un tiempo record.


Por otra parte, si somos de los que dicen, «yo soy pésimo para las matemáticas», lo más probable es que enfrentemos grandes dificultades para resolver, incluso, la operación más sencilla. Además, al hacerlo, nos sentiremos frustrados, sin ánimo y esperando que el resultado de nuestros esfuerzos sea el error…, de nuevo. 


En muy buena medida, nuestras expectativas dependen de nuestras experiencias previas. Pero hay que notar que, más que las experiencias en sí, las expectativas dependen de la interpretación que hemos dado al resultado de nuestros esfuerzos en una determinada tarea. En este sentido, no cabe la menor duda que la persona que es muy hábil para resolver crucigramas, debió cometer muchos errores al principio, pero esta experiencia negativa, lejos de desalentarle, le sirvió para esforzarse más, hasta perfeccionarse. Así que la experiencia es importante, pero es igualmente importante el modo en que nuestra expectativa de éxito puede alentarnos a superar las dificultades de una tarea. 


¡La gran pregunta!…


La gran pregunta es, entonces, ¿se pueden cambiar las expectativas? Una pregunta que adquiere un enorme peso al considerar la predisposición que podemos tener al fracaso ante determinadas tareas. Entonces, bien vale analizar la técnica de bola de cristal (en la adaptación hecho por Steve De Shazer), pues lo que se encontró a través de esta técnica fue que, en efecto, la expectativa puede modificarse positivamente, generando las condiciones para la solución a un problema.


La técnica, en sí, es muy sencilla y consiste en imaginar que nos hallamos frente a la clásica bola de cristal, en donde podemos ver el pasado y el futuro. Entonces, en primer lugar, la idea es visualizar un momento en nuestra vida en que pudimos resolver algún problema importante, en que alcanzamos algún triunfo memorable o en que, simplemente, nos sentimos felices. ¡Todos tenemos memorias de este tipo!, y la idea es describir lo que vemos de la forma más detallada que nos sea posible (también podemos escribirlo en una hoja), poniendo especial interés a las reacciones que tuvieron las personas que estuvieron cerca de nosotros. 


Es importante aclarar que al «ver» un pasado feliz o exitoso en la bola de cristal, éstos  pueden estar relacionados, o no, con el problema que actualmente deseamos resolver, pues si no hay relación directa (o aparente), ¡no importa! Lo importante es focalizar y ver con claridad un momento de nuestro pasado que nos hable de nuestros recursos, de nuestra aptitud para resolver situaciones difíciles o de nuestra capacidad para disfrutar lo que vivimos y sentirnos bien.


El segundo paso en esta técnica no es menos importante, y consiste en visualizar un futuro sin el problema. Esto es, visualizar un futuro en donde la solución que estamos buscando ya ha  tenido lugar. De nuevo, tendremos que describir detalladamente todo lo que vemos y las reacciones de quienes estarán a nuestro alrededor, pues todos estos detalles nos ayudarán a tener una visión más clara y más concreta de aquello que esperamos lograr como consecuencia de una solución. 


¡Parece muy sencillo!, ¿verdad? Pues en realidad lo es. Lo que sucede es que cuando estamos inmersos en un problema, dejamos de ver todo lo que hemos hecho y, al mismo tiempo, dejamos de pensar en todo lo que queremos alcanzar de manera concreta, como consecuencia de la solución a un problema. Así que la «bola de cristal» nos ayuda a recuperar esta visión y a redirigir nuestros esfuerzos hacia metas más específicas, las cuáles comenzaremos a visualizar como algo que sí es posible alcanzar. Nuestra expectativa cambia, nuestra motivación aumenta y la posibilidad de lograr nuestros propósitos se incrementan en igual medida.


¡Tómate un momento y prueba a hacer este ejercicio! Ve hacia un pasado exitoso y, luego, visualiza un futuro con la solución. Verás que tus expectativas se modifican, pues del pasado podrás recuperar recursos y motivación, que proyectarás hacia un futuro que tendrás mucho más claro y que, consecuentemente, te generará la expectativa de poder alcanzarlo






* Nota: este artículo expone, de manera simplificada, las técnicas desarrolladas por M. Erickson y por S. De Shazer. Si deseas conocer a detalle la técnica de «la bola de cristal», te recomiendo el libro «Claves para la solución en Terapia Breve», de Steve De Shazer. 


** Este artículo es de difusión y está registrado bajo licencia de Creative Commons. Derechos Reservados.


ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO